Por María Yesca (El Socialista- Izquierda Socialista)
El pueblo egipcio retoma la lucha por la libertad en las calles
Este último fin de semana miles y miles de manifestantes volvieron a ocupar las calles en El Cairo y las principales ciudades, como Alejandría, Asuan y Suez. Reaparecieron las carpas en la Plaza Tahrir. Se gritaban cánticos pidiendo la caída del mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, el líder de facto de Egipto.
Gases lacrimógenos, balas de goma de la policía antimotines de un lado, piedras y molotov desde los manifestantes. Centenares de detenidos y heridos, y más de diez muertos son el saldo de la represión. Al cierre de esta edición se había logrado la renuncia en pleno el gabinete y varios partidos suspendieron su campaña hacia las próximas elecciones legislativas. Lo que significa un primer triunfo de la movilización.
El 12 de febrero de este año una revolución popular acabó con los 40 años de feroz dictadura de Hosni Mubarak, el incondicional aliado de EE.UU. y de Israel. Era el segundo triunfo de la “primavera “árabe”. En Túnez había caído poco antes el dictador Saleh. En El Cairo Se formó un gobierno “de transición”, encabezado por militares, que realizó una “reforma” limitada de la constitución y convocó a elecciones legislativas para el 28 de noviembre.
A pesar del entusiasmo inicial por el logro democrático de acabar con Mubarak, comenzó a instalarse un creciente malestar a medida que el pueblo comenzó a percibir la intención de los militares de perpetuarse en el gobierno. Al mismo tiempo, tampoco se avanzó en las medidas económicas urgentes que se exigían para paliar el desempleo, la miseria salarial y otros flagelos que habían fogoneado las movilizaciones contra la dictadura. Ahora los trabajadores, los jóvenes y todo el pueblo de Egipto están retomando las calles, enfrentando a la Junta Militar.
La realidad de Egipto está mostrando que la revolución árabe no culmina con la caída de los dictadores. sino que tiene su continuidad porque los problemas de fondo no han tenido solución. Llamamos a repudiar la brutal represión y a la más amplia solidaridad con el pueblo y los jóvenes egipcios.
M.Y.
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